domingo, 17 de abril de 2016

King Corn (2007)

King Corn (2007)


El jarabe de maíz de alta fructosa y otros derivados del maíz se las ingenian para llegar a casi todo tipo de alimento procesado en el mercado.

El documental presentado, King Corn, sigue a dos amigos de la universidad, Ian Cheney y Curt Ellis, mientras emprenden sus conocimientos sobre el maíz - la manera en que se cultiva y cómo termina en muchos de nuestros alimentos.

Como se indica en la sinopsis de la película:
"Con la ayuda de vecinos amistosos, las semillas transgénicas y potentes herbicidas, plantan y cultivan en una hectárea de tierra en Iowa grandes cantidades de los granos más productivos y con mayor subsidio en los Estados Unidos. Pero cuando tratan de seguir los rastros de maíz en el sistema alimentario, descubren preguntas preocupantes sobre la forma en que comemos y la forma en que cultivamos".

Lejos de proporcionarnos una nutrición esencial, las normas agrícolas de Estados Unidos contribuyen al deterioro de la salud de los estadounidenses y empeora la epidemia de obesidad que ya está fuera de control. Los subsidios agrícolas actuales proporcionan jarabe de maíz de alta fructosa, comida rápida, comida chatarra, carne de bovino criados en CAFO (operaciones concentradas de alimentación animales), monocultivo, y una serie de otros contribuyentes no saludables de nuestra dieta contemporánea. 

Y como dice la película, si intentaras cultivar maíz sin la asistencia del gobierno, prácticamente perderías todo tu dinero. Los subsidios agrícolas son los que mantiene vivo al negocio de este ingrediente alimentario barato.

¿Sabe usted que cantidad de maíz consume todos los días? 

Una estimación conservadora
 del consumo de jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) sugiere que las personas que viven en Estados Unidos mayores de dos años de edad consumen un promedio de 132 calorías al día de JMAF, el 20 por ciento de los consumidores ingieren un promedio de 316 JMAF al día. Esto está destinado a ocasionar importantes consecuencias para la salud. 

El programa de subsidios agrícolas de Estados Unidos está completamente al revés, subsidiando comida chatarra en una oficina federal, mientras que al otro lado de la sala de otro departamento está financiando una campaña contra la obesidad. Esta hipocresía demuestra lo estropeado y derrochado que está nuestro sistema normativo. 

Lo peor de todo, la ley agrícola crea un bucle de retroalimentación negativa que perpetúa una muy rentable dieta americana estándar, por lo que el gobierno estadounidense, está en esencia, subsidiando la obesidad y las enfermedades crónicas. Con la reforma de ley de la agricultura en el 2013 programada para terminar a finales de septiembre de 2013, esto podría ser un momento clave para implementar cambios políticos importantes en un futuro próximo. 

Ver Online: https://www.youtube.com/watch?v=t8wvo-x23Xo

Kingcorn.net 

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